Sunday 30 October 2011

Sábado, bien perezoso

Ayer, nos dimos con Markus uno de eso sábados bien perezosos, donde las horas pasan lentamente, y uno se dedica a consentirse… el clima afuera era súper otoñal, así que era la excusa perfecta para quedarse un buen rato de más en la cama arrojando pensamientos y sueños al techo. Los sábados, además, es el día en que Markus prepara los desayunos más ricos del mundo, y yo tengo licencia para quedarme en cama hojeando una revista, mirando al infinito, o andando por el ciberespacio. Una vez siento que sube el aroma a café fresco, me deslizo en mi bata y me preparo para un buen desayuno, charlado como debe ser.   


Preston Park (con mi nuevo abrigo y sombrero, me encantan!)

Luz de tarde en el Pub

El tono adecuado

En estos días movidos he vuelto a retomar mis espacios de escritura: mi viejo diario y este blog. Al pobre diario siempre van a parar mis mayores miedos y angustias, aunque de cuando en vez le regalo una que otra felicidad. Y con el blog siempre he estado luchando en encontrar el tono adecuado… nació con la idea de tener un espacio sobre nuestras vidas para que nuestras familias y amigos pudieran disfrutar. Con el tiempo, se convirtió en un lugar donde de cuando en vez ponía algunos pensamientos y fotos, pero en el último año, durante todas las tormentas que hemos enfrentado, siempre me debatí entre lanzar al ciberespacio mis miedos y frustraciones o no. Al final, estos terminaron encontrando su espacio en el viejo diario, y el blog quedaba olvidado, hasta que mi ánimo volviera a alzar cabeza. Ahora, sencillamente se me antoja retomarlo, con la tranquilidad de que hay espacios y momentos para todos los tonos… y con la inspiración de muchos de los blogs que sigo (ver sección “Blogs I read”) que se han convertidos en buenos compañeros.